El Ritz de Madrid es el lugar perfecto para disfrutar un té el domingo por la tarde, justo antes de tomar la decisión de recorrer la última
exposición del Museo de El Prado. O justo antes de la misa en San Jerónimo.
Unos pasos más acá. Unos pasos más allá. Res
Mirabilis. Cosa admirable.
Jacinta Mondragón y Sousa de origen portugués -aunque nacida en Brasil- observa con atención el par de sandalias Manolo Blahnik color turquesa expuesto en una hornacina al costado del hall del hotel. Le parece que combinarían en armonía celestial con el traje marfil
que lleva puesto esta mañana fresca y dulce. Ella piensa en asuntos relevantes
para su desempeño laboral. Mira un par de madrileñas que ingresan con actitud
de castellanas viejas, de apellidos largos y rancio abolengo, vestidas con trajes de Valentino. Luego mira a su madre. Hermosa. Sin duda es
su progenitora. La vuelve a mirar, ahora con un resto de condescendencia
filial. Pese al esfuerzo realizado, se nota su pobreza relativa y parece ligeramente
fuera de lugar. Existe una lógica que indica que las modelos profesionales no
andan por la vida acompañadas por sus madres de origen social sospechoso,
provenientes de países ubicados al sur de la Línea del Ecuador.
"Té con bergamota", técnica mixta de Santiago Silva Durruty (100 x 100 cms.) |
Jacinta Mondragón y Sousa es apenas una niña y sabe que
estos son sus últimos pasos antes del estrellato. Mira nuevamente a su madre y
recuerda su Sao Paulo natal, la cadencia de la música, la ausencia de su padre,
y la atrapa un impredecible saudade. Un bien que se padece y un mal que se
gusta, como lo describiera en el siglo XVII el lusitano Manuel de Melo, Bem que se padeçe y mal de que se gosta,
de sabor tibio que se va adhiriendo a la piel y aroma a samba.
Jacinta Mondragón y Sousa mira a su madre y se estremece.
Su madre le sonríe con los ojos llenos de dulzura y sube
lentamente hasta la altura de la boca, la humeante tasa de porcelana, de té con
bergamota.
(De "Cínica", autora: Ana V. Durruty)
Que buen cuento!... da mucha alegría leerlo.
ResponderEliminarUn Abrazo. Marcos.
¡Muchas gracias por tu comentario! Me alegra que te gustara el cuento. Saludos.
ResponderEliminarHe aquí un pequeño comentario:
ResponderEliminarHo que hermosa vida,
como recordar ese suave carmesí,
que brilla suntuoso cada día,
como el agua prístina para
poder vivir
E. Chico Cómo agua prístina para poder ...
ResponderEliminarOriginal de él .
ResponderEliminarSolo por música y de acuerdo a la etimología poética.
Franz Tamayo. La inspiración literaria. Maestro de las letras y el verso.
ResponderEliminarUn homenaje. Desde allá el lo sabrá.