Fue
un pie forzado. El olor húmedo y la luz mortecina de los hoteles, llegaban en
oleadas sucesivas, golpeándonos con una cadencia levemente repulsiva y
seductora. Como las prostitutas baratas y tristes que asomaban de cuando en
cuando en la puerta de los locales de dudoso y sucio destino. Nada parecía
estar bien y todo era perfecto en su desmedida realidad.
Como
si fuera el último día de nuestras vidas. Como si fuera el único. Como si una
terrible amenaza pendiera sobre nuestra existencia, y ella hubiera detenido el
tiempo con un gesto audaz y despreocupado. Era una mujer demasiado dulce para
temerle, pero demasiado lúcida como para confiar plenamente en ella.
Observar
sus movimientos, era como ver a un artista pintando un cuadro. Brochazo a
brochazo, los minutos adquirían colores brillantes y destemplados. Una
inquietante embriaguez ya nos había embargado, aún antes de tomar el primer
trago. No recuerdo la luna. Ni siquiera recuerdo el atardecer. Algunos
instantes, hasta olvido su nombre.
-…
“Tus besos son, los que me dan la alegría… tus besos son, los que me dan el
placer… tus besos son… son como caramelos, me hacen besar el cielo, me hacen
pensar en Dios”, irrumpen los Vicking 5 cuando caminamos por la calle principal
del puerto nortino. Y mientras ella baila y me besa, quiero detener el tiempo,
y que cada uno de esos minutos quede grabado en su corazón.
Doce
horas para jugar en el casino, reírse, bailar salsa, fornicar y, sobre todo,
para besarse. Besar, hasta el dolor de la piel herida y los labios rotos. Y
todo multiplicado por cualquier múltiplo que se amolde a dos seres enajenados,
reunidos en la encrucijada de ningún antes y ningún después.
Si
fuera buen escritor, haría un guión de película española. Si fuera un buen
fotógrafo, habría conservado alguna imagen de aquellas horas. Si fuera músico,
tomaría una guitarra y entonaría una canción nueva y desconocida.
Pero,
sólo soy un buen vividor y lo que conservo, no hay nada que pueda describirlo,
porque son trozos ardientes de vida vivida como es vivida, cuando dos personas
coinciden en un recodo del tiempo y del espacio y se unen, en sensual armonía
vital. Nada más y nada menos.
(Del libro "Cínica", Autora: Ana V. Durruty)
Me encanta la descripción del lugar, del
ResponderEliminarMomento... Cómo estimula la imaginación haciendo uso de todos los sentidos!... Espero ansiosa la próxima publicación!...felicitaciones por tu trabajo!
¡Qué bueno Natalia! Seguiré publicando diversos trabajos.
ResponderEliminarMe gusto City Tour...por un momento me imagine a los protagonistas caminando por las calles de mi amado Puerto,por que me imagino que se trata de Coquimbo y mas con la canción de los Viking 5 de fondo...felicitaciones un lindo relato.
ResponderEliminarSaludos
Xennya Rivera
¡Muchas gracias Xennya! Me alegra que te haya gustado y te haya evocado a ese maravilloso puerto. Si pones tu email en el link de la derecha, te llegarán todod los post que haga. Muchos saludos
ResponderEliminarQue entretenido ver a alguien entretenida jaciendo lo que la entretiene!!! Éxito con el blog
ResponderEliminar¡Muchas gracias querida Sandra! Recuérdame publicar más adelante la reseña que hice para "Alma", tu tan entretenida novela.
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