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miércoles, 10 de julio de 2024

TALLER DE ESCRITURA


"Cada vez que me encuentro con personas en reuniones, eventos y hasta en buses y aviones, hay alguien que desea escribir algo... un relato breve o largo, una novela, una biografía...Diseñé con mucho cariño un curso online especial para que quienes tienen este anhelo, lo puedan hacer realidad".

 Ana Victoria Durruty
Escritora




Aprende a Contar TU Historia

Taller con Ana Victoria Durruty


Todos tenemos una historia que contar. Alguna aventura que hemos escuchado. Y también, muchas que hemos vivido. Pero frente a la página en blanco, no sabemos por dónde empezar... ni cómo relatarlo.

Pero, en lo más profundo de nuestro corazón sabemos que debemos contar eso que sucedió, creemos que vale la pena ser contado o hemos vivido en carne propia. 

Es TU historia. Porque TÚ la vas a contar. 


Objetivos del curso

En este curso intensivo, aprenderás a contar historias de manera fácil y entretenida. 

Durante este taller tendrás una experiencia personal que te permitirá expresar conocimientos, emociones e ideas a través de la escritura de relatos. 

El curso es un camino de expresión de tu interioridad y así podrás tener una gratificación terapéutica mediante la escritura de catarsis.

Tendrás a mano el uso de técnicas literarias para expresarte y desarrollar tu talento.


¿Quién imparte el curso?

El Taller Aprende a Contar TU historia es dictado por la escritora Ana Victoria Durruty, (Ovalle-Chile, 1962) quien es Titulada periodista por la Pontificia Universidad Católica de Chile y MBA de la UNAB. 

Ana Victoria posee dos maestrías internacionales en Psicología Holística y en Coaching Personal. 

Además es editora, blogger e influencer.

Autora del libro de relatos Cínica elegido por el Centro de Recursos del Aprendizaje del Ministerio de Educación de Chile. Ganadora de un Fondo de Creación del Fondo del Libro por su novela El sueño de la leona. Ganadora del Concurso Víctor Domingo Silva 2018 con el libro de relatos Luna de Burdel. En 2020 publicó la novela Mudita. En diciembre de 2022 presentó el libro de relatos breves Antipódica, que ha sido presentado en Chile, Barcelona, Madrid, Valencia y Londres En abril de 2023 dio a conocer “Escritora Mestiza”, un análisis de indigenismo literario sudamericano.

A fines de 2023 e inicios de 2024 participó en dos cursos de la Universidad de Oxford en Inglaterra: “The Craft of Storytelling: Structure, Plot and Narrative Momentum” y “Developing your Novel and Polishing your Work”.


www.anadurruty.com 

www.anadurruty.blogspot.com


Modalidad 

En cuatro sesiones, vamos a sumergirnos en los elementos primordiales para poder narrar lo que deseamos contar:

  1. Cómo dar vida a los personajes
  2. Dónde ocurren los hechos en el ambiente perfecto. 
  3. Qué se dicen... y cómo lo expresan a través de los diálogos.
  4. Y, lo más desafiante... en qué momento se cataliza la secuencia de hechos que lleva al desenlace de la trama: el arco narrativo.
  5. Conversación abierta con todos los participantes interesados en tener una evaluación asertiva de su trabajo final.


Fechas

El Taller se impartirá online los siguientes días a las 19:00 horas de Chile continental. GMT +4 


Lunes 12 de agosto 

Lunes 19 de agosto

Lunes 26 de agosto

Lunes 02 de septiembre

Lunes 09 de septiembre

Valores

$ 150.000 - US$ 150 - € 150

Descuento de un 40% a todos los participantes en este primer taller.

Valor a pagar:

$ 90.000 - US$ 90 -€ 90

Mediante el botón de pago, los postulantes pueden pagar con todo medio de pago, incluyendo tarjetas de crédito y débito.


Cupos

El Taller tiene un cupo máximo de 20 participantes online de manera de garantizar la adecuada interacción entre los participantes y la escritora.


Contacto

El contacto con los participantes, para efectos de este taller, se realizará a través del email taller.anavictoriadurruty@gmail.com donde podrán recibir todos los detalles del proceso de pago, recibir el link para unirse a las sesiones y enviar los trabajos que realicen durante el taller si desean tener feedback.


Certificado

Al final del curso se entregará un certificado de participación en modalidad digital, descargable para impresión.


Ana Victoria Durruty

Escritora

Certifica que

TU NOMBRE

Ha realizado el curso Aprende a contar TU historia en modalidad online, para aprender las técnicas literarias que permiten relatar historias escritas y a usar la narración como un camino de expresión de la interioridad accediendo a la gratificación terapéutica mediante la escritura de catarsis.

El curso se impartió los días 12, 19 y 26 de agosto, 2 y 9 de septiembre de 2024.


Firma

www.anadurruty.com


viernes, 12 de abril de 2024

Literatura Mineral




Metafóricamente es posible encontrar un vínculo entre la literatura y la minería. Porque la obra escrita digna de ser denominada “literatura” debe tener raíces en el terreno profundo de la imaginación humana, antes de ser descubierta o revelada y obtener el reconocimiento de su valía.


El creador literario, tiene que tomar pluma y papel, para verter su obra, pero antes podríamos decir que debe cavar y escarbar, con el cincel  de la agudeza, hasta llegar a la veta lírica de los contenidos ricos en creatividad. Luego debe “acarrear” estos tesoros hasta la boca del pique, antes de procesarla para que alcance la mayor pureza posible, que la haga valiosa a los ojos del mundo.


Allí la obra, como el mineral, siguen su ruta propia, lejos de las manos que la liberaron de su cárcel de oscuridades y olvidos.


Sin embargo, existen otras poderosas conexiones entre la literatura y la minería. Ha habido, y los hay, mineros escritores.

 

“Sewell”, la obra del escritor Baltazar Castro retrata la vida que él mismo experimentó en esa mina de cobre de la División El Teniente en la zona central.


En Chile, país de minas y mineros, el padre del realismo en la literatura nacional, Baldomero Lillo, creó una obra esencial basada en las condiciones de la minería del carbón en el sur del país durante el siglo XIX. “Sub Terra”, se convirtió en una película premiada a comienzos del siglo XXI: una muestra más de la trascendencia de este libro.


En el siglo pasado la explotación del cobre dio origen a obras como “Cobre” de Gonzalo Drago, y “Norte Grande” de Andrés Sabella. Otros autores han seguido sus pasos, siguiendo el triste destino de las oficinas salitreras abandonadas.


En la poesía chilena, los dos Premio Nobel, Pablo Neruda y Gabriela Mistral, dedican versos relevantes. El primero en su magna obra “Canto General”.


Como la realidad tiene reglas con raíces en la lírica del Universo, Codelco, la Compañía Chilena del Cobre, bautizó como “Gabriela Mistral” a la mina a rajo abierto ubicada en Sierra Gorda, región de Antofagasta, para honrar a la poetiza, donde siguiendo la huella de la escritora:


“Están redimiendo el cobre

con las virtudes del fuego.

De allí va a salir hermoso

como nunca se lo vieron

las piedras que eran sus madres

y el que lo befó por necio”


Oxford, marzo 2024

martes, 28 de noviembre de 2023

Canto Diaguita




1

Cuando el agua brinca de piedra en piedra por las quebradas que llegan desde las altas montañas de los Andes eternos, los hombres que hablan el idioma de la tierra se preparan para la estación de las flores, la recolección de frutos de plantas y la caza.

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2

No todos los años las lluvias del invierno permiten tener una primavera de frutos y cerros cubiertos del color de los pétalos de innumerables flores.

Muchos años las lluvias escasean y el frío de las noches del semidesierto del sur de América no será seguido por una primavera florida. 

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3

Los Diaguitas han aprendido a convivir con esta naturaleza impredecible y se instalan con sus chozas cerca de las pocas fuentes de agua que no desaparecen en las épocas de sequía. 

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4


Refugiados en las quebradas que les proveen agua y los protegen del viento y el sol forman comunidades dedicadas a sembrar papas, zapallos y maíz. 

También elaboran flechas para cazar los animales que les proporciona la naturaleza: pájaros silvestres, huidizos zorros y veloces liebres. 

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5

En medio de ese entorno armonioso, bajo un cielo azul brillante, los diaguitas se dedican a hacer las más bellas piezas de alfarería de todo el territorio que se extiende entre el desierto de Atacama y los hielos antárticos, entre las alturas de Los Andes y el gran océano. Las tierra que los incas llamaban Chili y con el paso del tiempo sería la República de Chile.

——

6

Ajenos a los hechos que el futuro depara, un grupo de niños juegan cerca de sus madres que machacan maíz sobre las piedras de moler. Las mujeres parecen preocupadas. La ladera del cerro donde sacan la tierra roja, suave y moldeable para hacer sus cantaros, jarros pato, fuentes y flautas se ha agotado y necesitan encontrar un nuevo lugar.

——

7

El cacique Ulpar encargó a varias personas conocedores del Valle del Limarí recorrer las tierras, los valles, quebradas y cerros hasta encontrar la mejor greda para hacer su bella alfarería.

—¡Vayan, busquen y encuentren, por todo nuestro valle, aquella greda mágica que preservará nuestra tradición ancestral! —proclamó de pie junto al gran altar de la quebrada de Chalinga.

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8

Un rastreador se marchó a los territorios de la costa, donde el gran río Limarí se abraza con el infinito mar. Buscó en las laderas de Talinay pero la sal del océano endurecía la tierra muy rápido.

Otro partió hacia las planicies intermedias de Tuquí donde confluyen las aguas, y encontró demasiadas piedrecillas mezclada con la tierra roja y gredosa.

——

9

Un tercer enviado se encaramó hasta la cima del gran señor Tamaya, el cerro donde la neblina de la costa se une con el cielo. Allí el cobre afloraba por las laderas y no existía rastro de greda.

Al frente, en la lejanía, por las inclinadas laderas del cerro Punitaqui, solo encontraron restos de turquesas que llevaron de obsequio al cacique Ulpar.

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10

Pero no hallaron lo que necesitan, porque ellos conocían muy bien la textura de la tierra perfecta para hacer sus obras más delicadas, resistentes al uso y al paso del tiempo, cuyos secretos eran un preciado legado que se transmitía de generación en generación de madres a hijas desde el origen de la memoria Diaguita.

——

11

Los Diaguitas no se rindieron y siguieron enviando buscadores a todos los rincones del gran valle del Limarí. En la cordillera de Tulahuén descubrieron piedras de lapizlázuli con la que fabricaron bellas flechas azules como el cielo. 

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12

Un amanecer, un poco fresco por el rocío de la niebla de la mañana, el cacique Ulpar convocó a toda la comunidad.

—Nuestros ancestros me han visitado en sueños. He recibido un mandato del gran cacique Huamalata. Preparen sus cosas para un viaje.

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13

Por un instante, todos se asustaron mucho. Amaban su tierra, sus noches bajo las estrellas más bellas del mundo, el sonido del agua cayendo entre las piedras de la quebrada y la sombra benévola de la quebrada de Chalinga. ¡No deseaban marcharse de allí!

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14

Ulpar, prosiguió su relato:

—Encontraremos nuestro tesoro de tierra virgen para hacer nuestra cerámica, si la buscamos juntos, en comunidad, adultos y niños, mujeres y hombres, ancianos y jóvenes. Nuestra fortaleza está en nuestra unidad.

———

15

Y así fue cómo este pueblo diaguita del Valle del Limarí arribó, después de varias jornadas de búsqueda conjunta, a las laderas de los cerros de Salada. Allí encontraron la mejor tierra roja jamás imaginada para hacer sus magníficas piezas de alfarería. Y aprendieron que unidos, era más fácil enfrentar cualquier desafío al que la vida y la naturaleza los enfrentara.

——-



Dedicado a mi querido amigo Gilberto Villarroel y a los niños del Valle del Limarí.


Este cuento fue leído por primera vez a los niños de la Escuela de La Chimba, Ovalle, Valle del Limarí, Chile en octubre de 2023, gracias al entusiasmo de la educadora Sandra Leyton y del director de la Escuela Hendrik Rivera.


En este relato se rescatan toponímicos que son trazas de la lengua originaria de los Diaguitas, el kakán.







domingo, 5 de noviembre de 2023

Rebecca‘s Story


Oxford

He felt her foot in his back. First he thought she was being naugthy, but then she started to hit him so hard. Too hard.

—Stop, Rebeca, please —said Duncan.

After a long second of silence, she stopped moving.

—I am not Rebecca —she said.

He hears her steps slowly going downstairs.

The mirror reflects his tired blue eyes. He can’t remember what exactly happened the night before, but it wasn’t something good.

He walks to the window and looks outside and feels the silence and solitude.

The autumn morning is waking up and he is alone in the house. She is not here. But, who is she, if she wasn’t Rebecca…?

He turns to the small toilette, and he discovers other man in the mirror. Who is he?… he has brown eyes. He is not himself.

“This nightmare is too long” , —thought Duncan, still in front of the mirror.

The man with the brown eyes is looking at him. Because it is not a nightmare. It is his alter ego. The bad one. The ugly and disgusting man who visits him time to time.

Duncan listens to Rebeca’s steps at the entrance, and breathes deeply.

—Say what you want, but don’t say “thank you” —Duncan hears Rebecca’s voice in his back.

—I wasn’t thinking to do that —answered the man.

The woman didn’t say a single word, but she thought: “What was he thinking, then?”.

Duncan mind went to another place, the place of the sins, the mysteries and the secrets.

Duncan saw the deception in her face. He felt miserable, but it was too late.

The sound of the door let him know that from that moment, he was alone with his fears and, worst, with the other man.


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Este cuento está dedicado a la profesora y escritora premiada, Rebecca Abrams, con quien tomé el curso “The drafts of story-telling“, en octubre de 2023 en la Universidad de Oxford, Inglaterra.



jueves, 12 de octubre de 2023

Santos Pecadores


Plaza de Armas de Ovalle

Una amena charla sobre mi obra, Ovalle, la tierra natal, lo humano y lo divino... porque todos somos pecadores, confesamos pecados en el podcast de mi amigo y periodista Sergio Aguilera.

Este es el link para enterarse muchas cosas relativas al proceso creativo y mi vida como escritora, mis viajes y muchas cosas adicionales, que transmitimos desde Ovalle en octubre de 2023:
:

SANTOS PECADORES EPISODIO 57open.spotify.com

viernes, 29 de septiembre de 2023

Entrevista: ¿Leer o Escribir? Esa es la Pregunta




En esta entrevista, la mexicana Magda Flores, dirige la conversación de manera ágil para profundizar sobre diferentes aspectos del proceso creativo. 

La publicación fue hecha en su Podcast "Jungla Urbana", que apunta a contribuir al bienestar de las comunidades en la sociedad actual.

Estoy muy feliz con esta entrevista, porque Magda me hizo tan buenas preguntas que me hizo hablar de cosas impensables… 

La foto es del momento en que me hizo la entrevista mientras yo estaba escribiendo en junio de 2023 en Le Boulou, Francia, mi última novela

Aquí en LinkedInd: 

https://www.linkedin.com/posts/ana-victoria-durruty-a9154714_urban-jungle-jungla-urbana-activity-7110255733987778562-pCSC?utm_source=share&utm_medium=member_ios  

O aquí, directo en Spotify:

Urban Jungle - Jungla Urbanaopen.spotify.com

jueves, 3 de agosto de 2023

Sobre mis Relatos Breves




       PRESENTACIÓN"ANTIPÓDICA"

      Rogelio Sánchez Molero

       CÁMARA HISPANO CHILENA 

        AULA “MANUEL ARRIBAS REDONDO”


                         30 de junio de 2023


APRENDÍ A LEER. ENTONCES COMPRENDÍ QUE EL MUNDO NO TIENE FRONTERAS NI SECRETOS PARA (Idea, sin pulir para empezar una gran novela).


Aunque luego tuve que soportar la reprimenda de Alejandro Jodorowsky cuando dice que “la palabra que describe el mundo no es el mundo”.


Ana Victoria Durruty nos convoca hoy, en esta Cámara Hispano-Chilena, para presentar en “Antipódica”, una puerta abierta al mundo desde su mundo. Una mirada con los ojos de esta chilena, desde los días oscuros de la pandemia y el confinamiento. Una colección de relatos, cuentos o reflexiones breves.


Lo primero que me llamó la atención del libro fue, precisamente, su título: ANTIPÓDICA.


Bien podría sonar, en estos tiempos de Google, de redes sociales y de relaciones virtuales, a una pócima secreta; o a una secta aún más secreta. Pero no. Esta colección de relatos. Esta gavilla de vivencias. Este manojo de cuentos, se agrupan bajo un enigmático título ofrecido por una palabra que nuestro diccionario desterró de sus páginas pero que las ocupaba hasta no hace mucho.

El Diccionario histórico de la lengua española (1960-1996), definía

Antipódica: perteneciente o relativo a los antípodas o a las antípodas.


Y de esto trata la obra de Ana Durruty. De enseñarnos el mundo visto desde el punto de vista de una mujer nacida y criada en Ovalle, en la provincia del Limarí, en Chile, a más de 10.500 kilómetros de distancia. Por eso, comenzaba yo diciéndoles que leer me ha borrado las fronteras del mundo. Me ha mostrados sutilmente las tierras chilenas. Casi en nuestros antípodas, geográficamente hablando.


Pero esto es solo nominalmente. Porque después de leer Antipódica, uno siente, ustedes lo sentirán, que lo que allí está escrito no dejan de ser vivencias, sentimientos, percepciones que todos hemos tenido en estos recientes tiempos pasados de la pandemia. No se coloca Durruty en las antípodas de nuestra manera de vivir o de sentir, a pesar de la inicial distancia espacial.


Y enlaza esta aparente distancia geográfica, con una idea que tuvo su predicamento hacia mediados del siglo XX: Chile, recogida tras la sombra imponente de los Andes, no desarrolló una Literatura con carácter propio, autóctono. Antes bien, dejaba traslucir influencias de los autores europeos. A pesar de su “aislamiento” geográfico siempre estuvo en contacto con las corrientes cosmopolitas del arte. Mantenía esto el escritor y periodista chileno Armando Donoso, allá por 1943. Y lo hacía partiendo de una aseveración que, quizá todos, podemos suscribir: La cultura no se improvisa. Es fruto de la observación, de la adaptación, de las vivencias y de haber bebido en muchas, muchas fuentes.


Pero eso, afortunadamente, ha cambiado en los últimos 80 años. Chile ha manifestado en estos tiempos una madurez que permite hablar de Literatura Chilena, con nombre propio y con propio estilo.


¿Quién no conoce la obra Jorge Edwards, José Donoso, Alejandro Bolaño o Isabel Allende? Y, sobre todo en Poesía, ¿quién no ha leído los versos de Nicanor Parra y los de sus dos premios Nobel: Gabriela Mistral y Pablo Neruda?


Chile tiene ya su Literatura. Esa a la que pertenece Ana Durruty y su “Antipódica”.


Les decía que no sabría decir, o me daría igual decir, si son relatos o cuentos los que nos ofrece la obra. Observarán que uso los vocablos “cuento” o “relato” de forma indistinta. Y lo hago conscientemente. Porque creo que ya ha llegado el momento de superar el debate acerca de lo que sean uno u otro. Porque si nos encorsetamos en categorías, en definiciones, en pesos y medidas, acabaremos ahogados y sin saber qué decir.


“Antipódica” es un claro ejemplo de lo que quiero decir.


Se trata, más allá de discusiones teóricas o académicas, de poner la pluma a merced de la imaginación. Urdir historias de tal manera que uno no sepa hasta dónde llega lo real y dónde empieza lo fabulado. Que todo lo escrito forme parte del arte de narrar.


Ana Durruty continua en su “Antipódica” la tradición de grandes narradores. Recoge los cabos y despliega velas para navegar los mares que han surcado tanto autores del lado de acá: Ana María Matute o Ignacio Aldecoa; como de sus antecesores en Chile: Baldomero Lillo, Eduardo Barrios o Marta Brunet.


En unas pocas líneas Ana Durruty consigue captar y mantener nuestra atención. Lo cual es una ventaja en este tiempo que vivimos: tiempo de prisas y breves pausas, donde los mensajes cortos nos inundan; donde cientos de impulsos nos distraen. En este tiempo en que leer una novela de hondura puede suponer una auténtica gesta, estas pequeñas historias son como pequeñas islas literarias, que nos atraen por su belleza sencilla. Permítanme, a modo de ejemplo, que les lea el titulado “Plenilunio”:


En el amplio arco del cielo el Sol regala sus últimos destellos mientras detrás de las montañas lejanas asoma un delgado arco albo que anuncia plenilunio. Toda la escena parece cliché menos el dolor que atraviesa la mirada de la mujer sentada en la terraza. Una ráfaga de aire salobre acompaña al olor de las rosas que Victoria trajo cuando plantaron la viña con la ilusión de disfrutar sus mostos juntos en la vejez.


A través de los lugares y personajes que aparecen en sus cuentos, Ana Durruty va dejando muestras de esto que les vengo diciendo. Porque en “Antipódica” podremos hallar vocablos casi olvidados de nuestro rico idioma como topiaria (el arte de podar árboles y jardines de forma artística); o americanismos que para los peninsulares sonarán extraños como bajativo (que es esa copa de licor que se toma después de las comidas) o remezón (terremoto ligero o sacudimiento breve de la tierra).


Pero encontraremos también frases que nos harán pensar; o citas casi lapidarias, al menos para quienes nos ocupamos en este oficio de la Literatura:


  • “Un escritor no puede temer a los signos de puntuación”. Pero en el cuento “Comas asesinas”, Gabriel Anss, acabó angustiándose frente a sus propios escritos: las comas son mortales…
  • “Pintar y escribir no son lo mismo pero tienen la misma raíz de la locura”, escribe Ana Victoria en “Yo, Claudia”.
  • O la reflexión de quien ha viajado por el mundo y acaba concluyendo que: “Ya nadie me conoce en ninguna parte”, en el relato “Desconocida”.

Los cuentos que nos propone Ana Victoria son un reflejo de la vida misma, sobre todo, en esos momentos de pandemia, tan crueles, tan angustiosos para muchos. Pues, lo que no sirve para un cuento, no nos sirve para la vida. Los temas que trata son la vida misma.


Así, leyendo el relato “El coro de las almas” se nos encoge el corazón siguiendo la historia de la joven ginecóloga, Cornelia; su vocación era traer vidas al mundo, no entubarlas para que respiraran unos días más en un intento desesperado por vencer a un virus; y al final ella misma acaba sucumbiendo al fatal coronavirus.


Caben también los recuerdos. Así el relato “Puras” donde dos chilenas, madre e hija, recorren las tierras de Burgos que vieron nacer a la abuela, y lo hacen en un coche color pistacho al que acaban bautizando con el nombre del abuelo Román.


Aparece en el libro el amor virtual; en cuento el que titula “Similar” donde Delia acaba añorando más su soledad cuando conoce, en el mundo real, a Edward, el personaje virtual que le había enamorado por internet; o en “Yo no soy esa” en el que Francisco cree hallar en un chat a quien le diera el primer beso hace tantos años.


Los celos en el titulado “Cielo Bonito” donde es el “nosotros” de quien la protagonista se encela.


La magia, en el titulado “Nariz” donde un curioso personaje acabe volando hacia el interior de El Jardín de las Delicias de El Bosco, en el Museo del Prado…


La lectura de estos cuentos, o relatos o vivencias, nos permiten adentrarnos en el imaginario de esta escritora chilena que las ha transcrito dando rienda suelta a esa poderosa pulsión de los seres humanos que es la de contar historias.


Yo les invito esta tarde a que tomen el libro en sus manos. A que paseen por sus páginas y se deleiten con cada una de las historias que Ana Durruty nos propone. No se arrepentirán.


Presentación en Madrid


Este es el texto con que el escritor español  Rogelio Sánchez Molero presentó "Antipódica" en la actividad con que se inauguró este espacio para la cultura en la Cámara Hispano Chilena de Cultura de Madrid, España junto a Amely Duvauchelle, poeta y vocal de cultura de la Cámara, gracias a la invitación de Ramón Sánchez y a la acogida del presidente de la misma institución, Danilo Aravena.

Más detalles de la actividad en el siguiente link en LinkedIn: